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“Los cimientos de la UE están temblando hasta sus raíces…” – Entrevista con Giorgios Georgiou

Domingo 12 de abril de 2020, periódico “Haravgi”

Entrevista con Giorgios Georgiou, miembro del Comité Central de AKEL (Chipre) y miembro de AKEL del Parlamento Europeo

¿Cuán preparada estaba la UE cuando estalló la pandemia para enfrentarla correctamente, tanto a nivel institucional como nacional?

Aunque el coronavirus y la amenaza de una pandemia han estado llamando a la puerta de Europa desde finales de enero, la UE se negó
provocativamente a escuchar. Tal vez porque ha sido infectada
irreparablemente por otro virus extremadamente peligroso, es decir, el
virus del neoliberalismo y de las brutales políticas de austeridad.
Aprovechando la enorme crisis bancaria y guiada por las “mortíferas”
políticas antisociales de disciplina fiscal, la Comisión Europea impuso
sucesivas directivas de la UE a los Estados que pedían la imposición de
recortes en el gasto sanitario, la reducción de la financiación de los
sistemas de salud pública y la privatización de muchos de ellos para
eliminar la “competencia desleal”. Como consecuencia, ¡la salud y la
atención médica se convirtieron en una mercancía!

El gobierno de Anastasiades-DISY (Chipre) tampoco se quedó atrás en esteámbito, imponiendo recortes de más de 600 millones de euros en el
sistema de salud pública, socavando los hospitales públicos.
Actualmente, Chipre gasta sólo el 2,7% de su PIB en salud y ocupa el
último lugar en la tabla de gastos de salud en la zona euro. Por
consiguiente, en aras del “ajuste fiscal”, los gobiernos de derecha y
socialdemócratas de Italia, España, Francia, Gran Bretaña y otros
países, al aplicar recortes por valor de muchos miles de millones de
euros en el sector de la salud, han provocado la pérdida masiva de
vidas.

A pesar de la multitud de mecanismos existentes en Europa, la UE
permaneció inactiva durante el crítico período inicial de la pandemia.
La autocrítica de Ursula von der Leyen de que la UE no previó la
profundidad del abismo inminente no constituye una disculpa. A finales
de febrero, hablaron de “bajo riesgo”, mientras que el 3 de marzo ella
desfilaba por la frontera greco-turca en Evros, junto con los
Presidentes del Consejo Europeo y del Parlamento Europeo, para tratar eltema de la inmigración… Esta era su preocupación, así como la
necesidad de continuar las actividades económicas de los grandes
conglomerados empresariales. La conclusión es dolorosa: las políticas deausteridad capitalistas y neoliberales y los recortes en la salud están
matando a los pueblos.

Mucha gente ya está hablando del colapso de la estructura europea. ¿Estála cohesión o la existencia de la UE amenazada? Se observa una vez másel choque Norte-Sur, se cierran las fronteras, cada país se enfrenta ala pandemia esencialmente por su cuenta, mientras que se observan fenómenos -por ejemplo, Orban en Hungría- que son ofensivos para los principios y valores europeos…

La fundación de la UE está siendo sacudida una vez más hasta sus raíces. Puede que la existencia de la UE no esté directamente amenazada en este momento, pero su cohesión se ha resquebrajado de manera catalizadora, socavando el empañado “proyecto europeo”.

La demanda presentada por nueve gobiernos, lamentablemente no por (el líder chipriota) N. Anastasiades, para la emisión de un eurobono que
comparta la deuda para hacer frente a la pandemia se topó con la feroz
reacción de Alemania y sus satélites del norte. En lugar de solidaridad
y apoyo, Merkel apunta una vez más a la imposición de memorandos
dolorosos. Pero ahora mismo no estamos hablando de indicadores fiscales, sino de vidas humanas. Los países del sur de Europa están de rodillas. No pueden sufrir nuevos préstamos, ni pueden soportar lo que Ursula von der Leyen está proponiendo, a través del programa SURE, el último clavo en el ataúd del bono coronavirus – el mecanismo de la deuda común.

La nueva crisis, con la pandemia del coronavirus, no debe ser explotada por la UE para intensificar sus ataques a los sistemas de salud pública, a los derechos laborales e incluso a los derechos y libertades civiles. Elvirus no discrimina. Tampoco tiene en cuenta las fronteras. Todo el mundo está en peligro. Los pobres aún más, por supuesto, pero también los ricos. Tanto los “asegurados” como los no asegurados. Las grandes crisis causan grandes, a veces incluso abruptos, cambios sociales y económicos. Dejemos que los alemanes tengan esto en mente. El día después no será como ayer. El pueblo debe estar alerta para que la balanza de la historia se incline hacia el progreso y no hacia la xenofobia, la codicia del capitalismo y el individualismo enfermizo. El día después debería prevalecer un sentido de colectividad global…

Los soldados de primera línea, es decir, los trabajadores de la salud, médicos y paramédicos y los médicos, están librando la batalla contra el coronavirus sin los medios necesarios. Y esto está sucediendo en toda Europa. ¿Qué debería hacer la UE a nivel institucional y cada gobierno a nivel nacional para apoyar el ya desatendido sistema de salud pública?

Expresamos un enorme agradecimiento a todo el personal sanitario, medico y paramédico, a todas las personas del sistema de salud pública que están luchando por nosotros. Están desprotegidos y expuestos. Esta
pandemia debe dar un impulso para una defensa más fuerte del sistema de salud pública. Para una cooperación mundial más fuerte para hacer frente a estos desafíos comunes.

Otra alternativa, una progresiva, es posible y necesaria! El presupuestode la UE debe adaptarse – inmediatamente – a la situación de emergenciaactual, para ayudar aproteger vidas, empleos, derechos e ingresos. No fondos y presupuestos para armas y sistemas de armas, sino para apoyar alos estados miembros en una batalla adecuada contra COVID19 y susimplicaciones económicas y sociales.

Necesitamos un presupuesto de emergencia de la UE, con recursosadicionales “frescos”. La Comisión debe centrarse en acciones como la producción y adquisición de equipos esenciales, medicamentos y otros productos para prevenir y combatir las pandemias. Debe centrarse en las inversiones en los servicios de salud pública: más infraestructuras, más equipos y más personal profesional y sanitario. Al mismo tiempo, se deben tomar medidas a nivel nacional. Se lo deben al pueblo.

Las vidas humanas están por encima de los beneficios!

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